¿Qué debes
hacer?
Sin volverte obsesiva, debes fijarte muy bien
quiénes y cómo son las personas que están a
tu lado. Si notas que alguno de ellos trata de estar a solas
contigo o te toca mucho, mejor aléjate y nunca
estés sola con él.
Cualquier comportamiento
sospechoso de una persona
coméntalo con tu mamá, con tu papá o con la
psicóloga de tu colegio. Nunca te quedes callada. Estrecha
la confianza con tus padres, pues ellos por su experiencia pueden
advertir los peligros y ayudarte a resolver problemas.
Ten claro que ningún papá ni
padrastro puede tener acercamientos sexuales de ninguna clase contigo.
Si los tienen, no es normal y pueden abusar de ti
sexualmente.
En este último caso es muy común que
algunas mamás se nieguen a creer tu testimonio, por obvias
razones, pues se trata de su esposo. Por eso, si éste
llega a ser tu caso, mejor consúltalo con un
psicólogo o con una persona mayor que te pueda
orientar.
No te dejes atemorizar por nadie, ni te dejes
manosear. Tu cuerpo es sagrado y nadie tiene por qué
tocarte, salvo que tú se lo permitas. Si alguien lo hace
en contra de tu voluntad, denúncialo. El abuso sexual
se castiga con cárcel.
La clave siempre es hablar, por más pena y
miedo que se sienta. De lo contrario esa situación puede
durar años, arruinarte la vida y sucederle a alguien
más.
ABUSO SEXUAL DE HOMBRES Y
NIÑOS
El abuso sexual es una realidad en muchos
países y, sin embargo, continúa siendo un
tabú. En las últimas dos décadas, el
movimiento de mujeres ha contribuido enormemente a abrir la
discusión del abuso sexual. Ese trabajo
básico ha hecho posible que los hombres que, al igual que
yo, han sufrido abuso sexual hablemos sobre nuestras experiencias
y busquemos ayuda para superar el trauma del
abuso.
Tanto las mujeres como los hombres son
víctima de abuso sexual. En Australia, las estimaciones
conservadoras indican que uno de cada 11 niños y
una de cada cuatro niñas han sufrido algún tipo de
abuso sexual antes de cumplir 18 años. Los hombres son los
perpetradores de casi todos los casos de violencia
sexual (97 por ciento), pero los hombres también
constituyen una significativa proporción de todas las
víctimas: 26 por ciento de menores de 18
años.
Investigaciones recientes realizadas en los
Estados Unidos
sugieren que hasta un 20 por ciento de los hombres sufrió
abuso sexual en la niñez. Adicionalmente, debemos
reconocer la incidencia de ataques sexuales contra hombres
adultos. El ataque sexual se presenta en muchas formas, que
incluyen abuso sexual infantil, violación, acoso sexual,
incesto y cualquier otra forma de violación sexual de la
cual la víctima nunca es culpable. La responsabilidad recae en el ofensor y en
nuestra sociedad, una
sociedad que permite y promueve la violencia
sexual.
EL
ABUSO PUEDE INCLUIR
– penetración vaginal, oral y anal.
– penetración digital
– caricias
– proposiciones verbales
explícitas.
Millones de niños en todo el mundo sufren
de abuso sexual. Pese a la gran incidencia de abusos sexuales a
menores, no hay pruebas de que
en la actualidad haya más casos que hace 40 o 50
años. La detección sí ha sufrido un aumento.
Aún así sólo se conocen entre el 10 y
el 20% de los casos reales. Hoy por hoy se estima que el 23% de
las niñas y un 15% de los niños sufre abusos
sexuales antes de los 17 años, en España. El
abuso sexual a los niños puede ocurrir en la familia, a
manos de un padre, un padrastro, hermano u otra persona; o fuera
de la casa, por ejemplo, por un amigo, la persona que lo cuida,
un vecino, un maestro, o un desconocido. Sin embargo, cuando el
abuso sexual ha ocurrido, el niño desarrolla una variedad
de pensamientos e ideas angustiantes. No hay niño
preparado psicológicamente para hacer frente al
estímulo sexual. Los niños de dos o tres
años que aún no saben que la actividad sexual es
"mala", desarrollarán problemas, fruto de su inhabilidad
para hacer frente a la sobreestimulación. A mi modo de
ver, el más dañino de los abusos es el abuso
sexual. Las consecuencias en la vida adulta de la víctima
son enormemente complejas y dolorosas, afectan a todas sus
relaciones
interpersonales. El abuso sexual se puede definir como
contacto o interacción entre un niño y un
adulto en donde el niño está siendo usado de alguna
manera por el adulto para ser un placer sexual. Se expresa de
muchas maneras, desde algo impersonal, como el exhibicionismo,
hasta contacto físico sexual, que incluye manoseo de las
partes privadas del niño, masturbación con el
cuerpo del niño, contacto genital/oral, estímulo
vaginal y anal y penetración. También
hay abuso sexual que explota al niño por medio de la
pornografía y la prostitución.
LA naturaleza de
este tipo de abuso, que es llevado a cabo en secreto, bajo
amenazas y, en la mayoría de los casos, por
personas que el niño considera de confianza, produce una
sensación de culpabilidad y
temor en el niño que le impide contar a un adulto lo que
ha pasado. Muchos piensan que nadie les va a creer, o que alguien
los va a culpar a ellos.
Además, la mayoría no maneja un
vocabulario adecuado como para explicar el abuso que se ha
cometido. Algunos creen que es una expresión normal de
amor, aun
cuando se sienten muy incómodos con lo que está
pasando. Otros creen las amenazas que el abusador les ha
dicho:"Si tú cuentas esto, no
te van a querer más", "Me mandarán a la
Cárcel por tu culpa", "Te van a echar del colegio si lo
cuentas", "les voy a contar a tus amigos lo que hiciste y no te
van a querer más".
RESPONDIENDO AL ABUSO SEXUAL A LOS NIÑOS Y
ADOLESCENTES
Cuando un niño/niña le confía
a un adulto que ha sufrido abusos sexuales, el adulto puede
sentirse muy incómodo y puede no saber qué decir o
hacer. Se deben seguir las siguientes sugerencias para
responderles a los niños que dicen haber sido abusados
sexualmente:
QUÉ DECIR
Si el niño de alguna manera indirecta
indica que ha sufrido abuso sexual, aliéntelo a hablar
libremente de lo que le pasó. No haga comentarios pasando
juicio.
- Demuéstrele que usted lo comprende y que
toma muy en serio lo que dice. Los siquiatras de niños y
adolescentes
han encontrado que los niños que tienen quien los
escuche y comprenda reaccionan mejor que los que no lo tienen.
La respuesta a la revelación de abuso sexual es crítica para la habilidad del niño
para resolver y sanarse del trauma del abuso
sexual. - Asegúrele al niño que hizo bien
en decirlo. Si el niño tiene una relación cercana
con el que lo abusa, se sentirá culpable por revelar el
secreto. El niño se sentirá aterrado si se le ha
amenazado con hacerle daño
a él o a su familia como
castigo por divulgar el secreto.
Dígale al niño que él/ella
no tiene la culpa por el abuso sexual. La mayoría de los
niños tratando de hacer algún sentido del abuso
piensan que ellos fueron la causa del abuso o se imaginan que
es un castigo por cosas malas (reales o imaginarias) que
hicieron.
- Finalmente, ofrézcale protección
al niño, y prométale que hará de inmediato
todo lo necesario para que el abuso termine.
QUÉ HACER
Informe cualquier sospecha de abuso sexual. Si el
abuso ocurre en la familia, repórteselo a la Agencia de
Protección Infantil local. Si el abuso ocurre fuera de la
familia, infórmeselo a la policía o a la oficina del
fiscal de su
distrito. Los individuos que informan de buena fe los abusos
están inmunes de ser procesados judicialmente. La agencia
que recibe el informe
conducirá una investigación y tomará la acción
necesaria para proteger al niño/niña. Los padres
deben de consultar con su pediatra o médico de familia,
quien podrá referirlos a un médico que se
especialice en la evaluación
y el tratamiento del abuso sexual. El médico que examine
al niño podrá evaluar su condición y dar
tratamiento a cualquier problema físico causado por el
abuso; podrá también obtener evidencia que
ayudará a proteger al niño y le asegurará
que todo está bien. El niño/niña que ha sido
abusado sexualmente deberá someterse a una
evaluación siquiátrica, por un siquiatra de
niños y adolescentes o por otro profesional de la salud mental
calificada para determinar cómo le ha afectado el abuso
sexual y así determinar si necesita ayuda profesional para
superar el trauma del abuso. El siquiatra de niños y
adolescentes también puede ayudar a otros miembros de la
familia que puedan estar muy afectados por el abuso. Aunque la
mayor parte de las acusaciones de abuso son verdaderas, puede
haber acusaciones falsas en casos de disputas sobre la custodia
infantil o en otras situaciones. En algunas ocasiones la corte
puede pedirle a un siquiatra de niños y adolescentes que
le ayude a determinar si el niño/niña está
diciendo la verdad, o si le hará daño prestar
testimonio en corte acerca del abuso.
Cuando el niño/niña tiene que
testificar, se pueden tener consideraciones especiales (tales
como el uso del vídeo para grabar el testimonio, pausas
frecuentes, la exclusión de expectadores o la
opción de no tener que mirar al acusado) las cuales hacen
la que la experiencia cause menos estrés.
Los adultos, dada su madurez y conocimiento,
siempre son los culpables en los casos de abuso. Nunca se le debe
de echar la culpa al niño que ha sido abusado. Cuando el
niño hace una confidencia a alguien acerca del abuso
sexual, es importante darle apoyo y cariño; éste es
el primer paso para ayudar al niño a que restablezca su
confianza en los adultos.
Violencia sexual
Son las acciones que
obligan a una persona a mantener contacto sexual o a participar
en otras interacciones sexuales mediante el uso de la fuerza, la
intimidación, el chantaje, la amenaza o cualquier otro
mecanismo que anule o limite la voluntad personal.
Las siguientes son formas de maltrato
sexual:
Violación
Violación
Es la realización de cópula con
una persona de cualquier sexo en
contra de su voluntad y mediante la utilización de la
fuerza física o moral.
Abuso sexual
Es la realización de actos sexuales o
tocamientos sin que se llegue a la cópula en contra de
la voluntad del otro.
Estupro
Acto de cópula con persona mayor de
doce años y menores de dieciocho, obteniendo su
consentimiento por medio de engaño.
- Hostigamiento
sexual
Es el asedio reiterado a personas de cualquier
sexo, valiéndose de su posición
jerárquica, derivada de sus relaciones
laborales, docentes,
domésticas o cualquier otra que implique
subordinación.
Efectos y daños de la
pornografía
Desde que nació la revista
Playboy en los años 50, la sociedad en general poco a poco
se ha vuelto más tolerante a la pornografía, pero
no sin graves consecuencias. Los investigadores han mostrado que
exponerse regularmente a la pornografía puede conducir a
violaciones y al abuso sexual a los
niños.
- La pornografía es responsable de
divulgarla mentira de que las mujeres están disponibles
instantáneamente para satisfacer las exigencias sexuales
de los hombres. En la mayoría de los casos, presenta a
las mujeres como objetos sin inteligencia
que sólo existen para cumplir los caprichos sexuales de
todos los hombres. Además propaga una perspectiva
degradante tanto de las mujeres como de los hombres porque los
presenta como si no fueran otra cosa más que animales
interesados en el sexo.
NOTICIAS
"Abuso
sexual"
Los
monstruos
Desalmado acabó con vida de menor hace
cuatro meses y desde entonces permaneció escondido. Cae
"Monstruo de la vía expresa" que raptó,
violó y asesino a niña.
Esclarecen crimen. Luego de más de cuatro
meses la Policía capturó ayer al "Monstruo de la
vía expresa" quien el pasado 22 de mayo raptó,
violó y asesinó a una niña de apenas cinco
años de edad. El homicida cayó luego de que una
sordomuda lo reconociera, informaron fuentes
policiales.
"El Padre
Martín"
La Segunda Fiscalía Provincial Penal de
Lima, a cargo de la fiscal Ana María Romero Felipa,
dispuso ampliar las investigaciones
que se siguen contra el sacerdote Martín Sánchez
por el presunto delito de abuso
sexual. La magistrada solicitó también que se le
practique al religioso un examen psicológico y
siquiátrico para establecer su perfil psicológico y
comportamiento sexual
"Sacerdote
violador"
Con más de 130 denuncias de abuso sexual
en su contra, Geoghan estaba en la cárcel por
sólo un caso de violación.
La asesina de niños
Myra Hindley.
La mujer más
odiada del país (Reino Unido) y su amante abusaron
sexualmente, torturaron y mataron a cinco menores a mediados de
los años 60.
¿Saben
qué?
Ninguna clase de noticia da solución a
los abusos sexuales, sólo se dedican en meterlos presos
y queda ahí nada mas.
- Pero ¿qué pasa
después? - Cómo quedan psicológicamente
afectadas las victimas
INDICADORES
SÍNTOMAS
EMOCIONALES
- Gran timidez predominante.
- Sentimiento de inseguridad.
- Sensación de esconder algo u
ocultación de sí mismos. - Constante culpabilidad, se sienten avergonzados
de sí mismos. - Inhibición frente a miradas profundas,
evitan mirar a los ojos. - Incomodidad al ser entrevistados, evaden dar
respuestas profundas - frente a cuestionamientos de su vida familiar o
personal. - Cautela al expresarse, evitan dar respuestas
inmediatas. - Trastornos de identidad,
falta de autoestima y
problemas de - sociabilidad.
- Anulación de la propia
iniciativa.
SÍNTOMAS
FÍSICOS
- Enrojecimiento y /o dolor en los
genitales. - Marcas extrañas en el cuerpo, moretones,
mordeduras, etc. - Presencia de enuresis (incontinencia urinaria)
o encopresis (defecarse). - Infecciones urinarias.
- Trastornos del sueña, insomnio,
pesadillas.
SÍNTOMAS
CONDUCTUALES
- Conducta sexual precoz.
- Práctica de juegos
sexuales precoces. - Mayor exposición a una nueva situación
de abuso. Debido al desarrollo
de - conductas sociales precoces y a la constante
búsqueda de afirmación de - su persona, el niño abusado busca el
contacto íntimo con otros. - Tendencias obsesivas: comprar y limpiar en
exceso, abuso de sustancias. - Fuga del hogar.
- Sentarse al filo de la silla y con los brazos
cruzados, producto de
la gran inseguridad que les aqueja. - Posición encorvada del cuerpo (hombros
hacia delante), lo que reflejo su sentimiento de inseguridad y
vergüenza. - En algunos casos, dificultad en la coordinación de sus
movimientos. - Comportamientos extremos de acuerdo a sus
rasgos de personalidad, que van de ser muy callados y
reservados, con un comportamiento de extrema sumisión,
hasta tener conductas hiperactivas, agresivas o
inadaptadas. - Temor frente a figuras de autoridad o
adultos cercanos. - • Vergüenza de su propio cuerpo, lo
consideran sucio, feo, y poco atractivo, lo que los lleva a
desarrollar conductas de seducción y/o promiscuidad para
probarse a sí mismos que tienen valor para
los demás y que son deseables.
FACTORES FAMILIARES
- Marcado hacinamiento que no permite intimidad
para la pareja (padres/padrastros). - Cambio frecuente de una de las figuras
parentales. - Padres con historias de abuso o
maltrato. - Padres muy negligentes en el cuidado de sus
hijos. - Padres muy permisivos, el niño
transcurre mucho tiempo en la
calle o en - diversas casas del barrio ( con familiares o
vecinos). - Presencia del alcoholismo,
drogadicción y/o prostitución en
uno o ambos - padres.
- Situaciones de violencia intrafamiliar.
¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE LA VIOLENCIA
SEXUAL?
La violencia sexual siempre tiene
consecuencias negativas cuyas dimensiones, según las
investigaciones realizadas, dependerán de varios factores.
En general, se plantea que no se puede determinar la existencia
de un cuadro o síndrome del niño o la niña
ahusada, pues las consecuencias pueden ser muy diversas
según la edad, el tipo y duración del abuso, el
vínculo con el abusador, las propias
características personales del niño o niña
(temperamento, fortaleza de recursos internos
y externos, alteraciones o dificultades anteriores a la
situación de abuso).
Por ejemplo, se sabe que el daño puede ser
mayor en los casos de violencia sexual intrafamiliar, como ocurre
con el incesto, por el que alguien querido y admirado por el
niño o la niña traiciona su confianza (como los
casos de Karina y Claudia); o cuando el abuso es repetido durante
un largo tiempo (como en los casos de Jorge y Carlos). El impacto
emocional que produce sentir que la persona llamada a proteger
cause daño, o que el abuso sea reiterado, puede ocasionar
muy posiblemente -si no se brinda alguna ayuda consistente-
consecuencias patológicas en la estructuración de
la
personalidad.
Un factor muy importante está constituido
por las variables del
contexto, que tienen que ver con la respuesta de soporte social y
emocional que se brinde en estos casos (el manejo saludable o
patológico de la familia, de los amigos, de las redes de soporte
comunitarias, de los servicios
especializados). La reacción del entorno puede empeorar o
disminuir las consecuencias; por eso es tan importante el
tratamiento que se da a estos casos.
Cuando el abuso se da en la infancia,
existen consecuencias de corto plazo (que algunos prefieren
llamar iniciales porque a veces pueden extenderse hasta por dos
años) y que casi se identifican con los llamados "indicadores",
como podrían ser, en el nivel físico, dolor
y picazón en los genitales, infecciones, embarazo; en
el nivel psicológico, baja autoestima,
justificación del abuso y culpa, vergüenza, terror,
miedo a ser dañado/a, rabia, hostilidad, depresión,
sentimiento de traición; en el nivel de la conducta, bajo
rendimiento escolar, regresión a comportamientos de
niños menores, aislamiento social o agresividad contra los
otros, mentiras y robo, comportamiento sexual precoz, intentos de
fuga y comportamiento autodestructivo que puede llegar al
suicidio.
También en el caso de las niñas y
los niños, pueden darse problemas psicopatológicos
más graves como transtornos del sueño o de la
alimentación, o configurarse un cuadro de
estrés postraumático. Es muy importante saber que
muchas de las manifestaciones mencionadas también pueden
expresar otro tipo de problemas, por lo que no se puede decir que
la presencia de algunos de estos signos o
síntomas implica necesariamente abuso sexual. Siempre es
necesario explorar y confirmar los hechos sin alarmar a los
niños y las niñas.
Pero también existen consecuencias de la
violencia sexual a largo plazo, que aparecen más adelante
y que van a influir en el desarrollo posterior de las personas:
en la adolescencia y
adultez. Por ejemplo, en el nivel emocional y de la
autopercepción, se encuentra un autoconcepto negativo,
culpa, miedos, fobias, aislamiento, depresión, ansiedad y
tensión, todo ello como características que se
instalan en el tipo de personalidad; en el nivel de las
relaciones interpersonales, se observa dificultad para confiar y
amar, temor al rechazo, ansiedad en situaciones de intimidad
física, "revictimización" física o sexual
(se involucran inconscientemente en situaciones donde son
agredidos/as física o sexualmente, por ejemplo eligiendo
parejas violentas, como el caso de Carlos), dificultades para
establecer y mantener relaciones de pareja, disfunciones y
transtornos sexuales (desde inhibición hasta promiscuidad
sexual), tendencia a sexualizar las relaciones y a confundir
necesidad de afecto con demanda
sexual.
También pueden configurarse problemas
psicopatológicos más graves: disociativos,
personalidad múltiple, transtornos limítrofes de la
personalidad, estrés postraumático cronificado,
abuso de sustancias psicoactivas,
etcétera.
Entre las principales consecuencias, el doctor
Jorge Barudy resalta una especialmente relevante por la
importancia que tiene en el circuito de la reproducción de la violencia sexual: "la
pseudo-madurez y el bloqueo del proceso de
crecimiento psico-social". Esto significa que a muchas personas
que han sufrido violencia sexual en la infancia o adolescencia
les resulta difícil continuar con un desarrollo saludable
de su personalidad y quedan atrapadas en modos relacionales
dependientes y sexualizados que repetirán
posteriormente.
Más allá de todos los posibles
efectos mencionados, existe un impacto más íntimo
que tiene que ver con el sentimiento profundo de la propia
identidad, el cual se manifiesta como una "dolorosa
sensación de que algo intrínseco en ellos (as)
estaba profunda e irreversiblemente
dañado".
En la mayoría de los casos el abuso sexual
provoca en las víctimas numerosas secuelas negativas a
nivel físico, psicológico o
comportamental.
Podemos distinguir consecuencias a corto y a largo
plazo. ADIMA (1993) indica que, a largo plazo, los abusos
determinan una presencia significativas de los trastornos
dísociativos de la personalidad corno son alcoholismo,
toxicomanías y conductas delictivas, aparte de graves
problemas en el ajuste sexual.
Las consecuencias son diferentes si el abusador es
un familiar, un extraño u otro niña (aunque se
habla de abuso cuando el agresor es significativamente mayor que
la víctima o cuando está en una posición de
poder o
control sobre
ella), también es diferente si la relación
sexual ha sido violenta o no. Los abusos en familia suelen ser
más traumáticos, ya que para el niño suponen
además sentimientos contradictorios en cuanto a la
confianza, la protección, y el apego que esperamos
y sentimos con relación a nuestros
propios familiares.
Personalmente opino que no todos los
niños manifiestan el mismo grado de afectación,
para algunos, el abuso, puede significar un trauma y para otros
las consecuencias pueden ser diferentes. En algunas ocasiones,
puede suceder que el grado de sufrimiento no esté
relacionado o en proporción con el suceso en el que el
niño ha estado
involucrado.
El trauma es el resultado de un acontecimiento
al que la persona no encuentra significad o, y que experimenta
como algo insuperable e insufrible. Finkelhor, y
Brame (1985) definen la dinámica traumagénica como aquella
que altera el desarrollo cognitivo y emocional de la
víctima, distorsionando su autoconcepto, la vista del
mundo y las habilidades afectivas. l trastorno de estrés
postraumático se manifiesta en las personas
después de un acontecimiento catastrófico e
inhabitual. Ullmann y Werner (2000) exponen en su obra los
.distintos tipos de traumas que pueden sufrir
los niños por causas muy diferentes como pueden
ser la separación de los padres, la muerte de
estos, la vivencia de una guerra o el
abuso sexual. Los síntomas más frecuentes del
trauma son, vueltas al pasado y sueños con
representación del suceso ocurrido, insomnio y
depresión. Síntomas que suelen persistir durante
mucho tiempo, arias, y a veces, durante toda la vida. Sobre el
tratamiento del trauma, Malacrea (2000) hace una amplia
disertación acerca de niños que han sido
víctimas de abuso y expone su larga experiencia en este
tipo de tratamiento.
Topper (19881 indica que Félix
López, catedrático de Sexología de la
Universidad
de Salamanca en sus investigaciones, ha llegado a la
conclusión de que no todas las víctimas necesitan
terapia, pero todos necesitan ayuda. La víctima puede
necesitar una terapia, el agresor la necesita siempre. Nuestro
trabajo, repetimos, va dirigido a la víctima
niño/a), aunque otras personas relacionadas con el abuso
sufrido necesiten también algún tipo de
tratamiento.
Arruabarrena (1996) y Cantón y
Cortés (2000) expresan que las manifestaciones negativas
de los menores suelen ser: confusión, tristeza,
irritabilidad, ansiedad, miedo, impotencia, culpa y
autorreproche, vergüenza, estigmatización, dificultad
tanto en las relaciones de apego como déficit en las
habilidades sociales, aislamiento social, desconfianza hacia
todos, o a veces, hacia personas del sexo del agresor, baja
auto-estima, impulsividad, trastornos del sueño o de la
alimentación, miedo, problemas escolares, fugas del
domicilio, depresión, labilidad, conductas
autodestructivas y / o suicidas, etc. Según Arruabarrena
(1996) los menores víctimas de abuso pueden convertirse en
potenciales agresores; suelen manifestar además, conductos
hipersexualizadas como la masturbación compulsivo,
conductas seduc-tores, o un exceso de curiosidad por los temas
sexuales.
Un estudio detallado y con abundante bibliografía sobre la
síntornatología de las víctimas y la
relación con el tipo de abuso, la edad y el género,
lo encontramos en Cantón y Cortés
(2000).
López (1995) indica que existen diferencias
en cuanto a edad y género. Si
las víctimas son suelen manifestar depresión y
ansiedad. En el caso de los niñas puede ocurrir, que se
anifiesten más agresivos o que se conviertan en abusadores
de otros niños. Aunque, de Paúl (2000), Profesor
Titular de la Facultad de Psicología de la
Universidad del País Vasco, en una conferencia
pronunciada en la Universidad de Málaga, indicó que
es frecuente decir que los abusadores han tenido en su infancia
una historia de abuso
sexual o al menos así lo relatan. Pero no es posible decir
que haya una transmisión intergeneracional porque no
cuadran las cifras, la mayoría del abuso se produce de
varón a mujer y la mayoría de las mujeres no son
abusadoras sexuales. Sí, se puede decir que puede pesar la
historia de abuso sexual en cuanto a varones que han sido
víctimas de abuso sexual por parte de otro varón, y
que van a abusar sexualmente de otros varones, o también
haber sido víctimas de abuso sexual por parte de un
varón y abusar de mujeres.
Recientemente Finkelhor (2000), afirma que existe
una mayoría de abusadores menores, un tercio del 90%
masculinos; estos menores a los que nos referimos suelen imitar
el abuso han sufrido. Es posible que tengan una historia de
rechazo social y de estigmatízación sin que ellos
mismos sepan el motivo o la causa inicial de estos
problemas.
Martínez y de Paúl (19931 distinguen
efectos que ocurren asociados a la edad del niño: Preescolar,
infancia y Adolescencia. Según el tiempo: se distinguen
síntomas que van a aparecer a corto y a largo plazo. Estos
autores indican además, otras variables que afectan a la
gravedad de las consecuencias, tales como la frecuencia y la
duración.
Todos los datos anteriores
respecto al tipo de abuso se obtienen durante la
evaluación y son previos a la intervención
terapéutica. En nuestro trabajo partimos de que esta
evaluación ya ha sido realizada y además se han
conseguido establecer lazos de empatía con el nido.
Gallardo, Triones y Jiménez (1998) expresan que esta
evaluación previa en la que el niño manifiesta
sus problemas supone un desahogo no traumática que
deja al niño relajado y e la atención recibida. Es cierto que la misma
evaluación debe tener desde su inicio intención
terapéutica.
¿Cómo puedo perdonar a alguien que
abusó de mí sexualmente cuando todo lo que siento
es odio y rabia?
Usted dio el difícil y vital paso de
confrontar al que abusó de usted, pero lejos de
proporcionarle una resolución, la reacción de esa
persona dejó establecido claramente que sigue sin
remordimientos ni arrepentimiento. No es de sorprender que usted
se sienta molesto.
No necesita sentirse culpable de esos intensos
sentimientos. Dios nos diseñó para sentir una
fuerte respuesta emocional al mal. Su natural repugnancia al
pecado del que la gente no se arrepiente no es mala en sí
misma, ni tampoco debe considerarse contraria al perdón.
El perdón nunca ignora el daño que alguien nos ha
causado. Pero aunque no tiene que sentirse culpable por
escandalizarse, es bueno que sea consciente de ello. El que
conozca sus sentimientos hará posible que ellos mismos le
instruyan, en vez de que le consuman.
Efesios : dice: "Airaos, pero no pequéis."
La ira en sí misma no es mala. Lo que es malo es ser
controlado por ella de tal manera que lleve al pecado. Nuestra
ira puede estar parcialmente motivada por una rabia justa, pero a
causa de nuestra naturaleza caída, un elemento de nuestra
ira siempre es como la furia de una bestia peligrosa, arraigada
en una lascivia de poder y venganza. Es por eso que aunque no
podamos impedir que salgan nuestros sentimientos naturales,
necesitamos hacernos cargo de cómo respondemos a
ellos.
Se necesitó coraje para que usted
introdujera el tema al que abusó de usted. Además,
el hecho de que esté desilusionado con su respuesta
implica que estaría listo para perdonarlo si él
mostrara arrepentimiento. En este momento, la distancia emocional
que existe entre usted y su abusador es mayormente consecuencia
de la actitud y
conducta de esa persona. Usted no puede acortar esa distancia
solo.
Jesús nos dijo que amáramos a
nuestros enemigos. Amar significa procurar lo mejor para la otra
persona. A través de nuestra relación con Cristo
podemos encontrar la fortaleza para procurar lo mejor para
aquellos que nos han hecho daño. Pero procurar lo mejor
para los demás incluye hacerlos responsables de su pecado
(Mateo 18:15-17).
No hay nada de amor en proteger a una persona que
hace mal de la fealdad de su pecado. Jesús no ayudaba a
los malvados que procuraban ocultar sus obras. Aunque Él
era la personificación del amor, calificó
verazmente a la gente que resistía la verdad a consciencia
de víboras (Mateo 12:34), ladrones (Mateo 21:13),
sepulcros blanqueados (Mateo 23:27), mentirosos (Apocalipsis 3:9)
y homicidas (Juan 8:44).
El asunto clave es la actitud del que abusó
de usted. Jesús dijo claramente que el perdón y la
reconciliación están vinculados al arrepentimiento
(Lucas 17:1-4). Es sólo cuando un ofensor confiesa su
pecado voluntario que podemos perdonarlo justamente por lo que ha
hecho. Este hombre
tendrá que arrepentirse sinceramentel para beneficiarse de
la gracia de Dios (Levítico 26:40-42, Job 42:5–6; alto
32:5; Proverbios 28:13; Jonás 3-8-9; Lucas
15:21; 2 Corintios 7.9-10; 1 Juan 1:9). Aunque podemos
orar por un ofensor y tomar medidas para buscar la
restauración, la relación no se puede sanar hasta
que él haya hecho lo correcto para aceptar la
responsabilidad de su malas acciones pasadas.
¿De verdad es parte del amor confrontar
tanto? Sí. A veces es el único curso de
acción que demuestra amor. La confrontación puede
ser el primer paso para probar que usted cree en el potencial de
piedad de una persona. Es probable que el rey David no se
hubiera arrepentido de su maldad al tomar la mujer de otro
hombre y planear la muerte de su
esposo si el valiente profeta Natán no le hubiera contado
una parábola que representaba su pecado en toda su fealdad
ni hubiera dicho: "Tú eres aquel hombre" (2 Samuel
12).
Este patrón refleja la manera en que el
mismo Dios lidia con nuestro pecado. La Biblia declara que Dios
puede perdonar todo pecado, incluyendo el más cruel e
intencional. El mismo Dios pagó el precio de la
reconciliación con todos los pecadores (Juan 3:16; romanos
3.24–25; Efesios 1:7; 1 Juan 4, 9). Pero aunque Dios
proporcionó la base para el perdón, no impone el
perdón a nadie contra su voluntad. También espera
que los que nos han hecho daño hagan restitución
cuando sea posible, o tomen las medidas necesarias para reducir
al mínimo las probabilidades de perjudicar a otros
(Isaías 1:16; Lucas 19:8-10; Juan 8:11; Hebreos
10,26).
Sus sentimientos de ira son un factor importante
para impedirle ofrecer un perdón prematuro que
permitiría al abusador restar importancia al mal e
ignorarlo. Sin embargo, sus acciones no deben estar basadas en su
ira, sino en una disposición a honrar y obedecer a Dios
(Exódo 23:4; Proverbios 24:17; 25:21-22; Mateo 18:21-35;
Efesios 4:32; Colosenses 3:13: 1 Tesalonicenses 5
:15)
Cada uno de nosotros comienza la vida odiando a
Dios y al Hijo que El envió para redimirnos. En Cristo,
Dios nos da el supremo ejemplo de perdón. Su ejemplo deja
claramente establecido que no debemos estar alimentando odio ni
deseando venganza. Más bien debemos estar dispuestos
a perdonar cuando nuestro ofensor se arrepienta de verdad.
Sin embargo, el perdón y la restauración no pueden
tener lugar hasta que el abusador se muestre verdaderamente
triste por lo que ha hecho.
¿Por qué es tan difícil confiar
para las víctimas de abuso
sexual?
La confianza es una lucha universal. Todos luchamos
hasta cierto punto con la desconfianza en los demás a
causa de experiencias dolorosas de traición. Cuando la
fuente de esa traición es alguien cercano a nosotros,
puede ser especialmente devastadora (Salmo 55:12-14). En
ningún caso es esto más cierto que cuando un
niño o adolescente es víctima de abuso sexual por
parte de un familiar, un amigo cercano a la familia o alguna otra
figura de autoridad en quien confiaba. La seducción y la
explotación sexual por parte de personas en quienes uno
confía crean el ambiente
adecuado para que por el resto de la vida haya una batalla con la
desconfianza.
Los perpetradores de abuso sexual a menudo abusan del
anhelo que tiene la víctima de conexión y amor.
Atraen a personas susceptibles a su trampa colmándolas de
cariño personal y amabilidad. Una vez se ganan la
confianza de la víctima, los abusadores buscan la
oportunidad de aprovecharse de su confianza abusando de ellos
sexualmente y luego desechándolos como si fueran un objeto
sin valor.
Puesto que el anhelo de amor y conexión de una
víctima es lo que prepara el escenario para la
situación de abuso, se vuelven más sospechosos de
cualquiera que despierte sus profundos anhelos de intimidad. Para
ellos, puede tratarse de otra trampa. Mientras más se
despierten esos profundos sentimientos (por muy buenas
intenciones que tenga la otra persona), más temor tiene la
víctima de caer en la trampa del abuso otra vez. Por
consiguiente, una víctima de abuso lucha profundamente
para confiar en alguien, sobre todo en aquellos que le expresan
amabilidad y cariño.
Dedico este trabajo a la persona que me hace sentir
la mujer más feliz del mundo, a mi futuro esposo, esto
es para ti: Jhon Michel Gamarra Cano.
Agradezco a Dios porque
hasta aquí Él me ha
ayudado.
Carla Claros Flores
"-AÑO DEL DEBER
CIUDADANO"
UPLA
FACULTAD DE CIENCIAS
ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES
DOCENTE: ROSARIO ZARATE CARDENAS
Lima, 25 de Setiembre del 2007
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